La jeringa que no era feliz
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La jeringa vivía triste porque, según ella, sólo provocaba dolor y llanto en los niños. Hasta que un día sus amigos más cercanos, el algodón y la pastilla, le explican su verdadera misión en la vida. Desde entonces la jeringa se sintió feliz de su apariencia y supo que su misión no era lastimar sino curar.
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Descripción
La jeringa vivía triste porque, según ella, sólo provocaba dolor y llanto en los niños. Hasta que un día sus amigos más cercanos, el algodón y la pastilla, le explican su verdadera misión en la vida. Desde entonces la jeringa se sintió feliz de su apariencia y supo que su misión no era lastimar sino curar.
Ilustrado por Julián Cicero
Información adicional
| Año | 2019 |
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